Por Oscar Juárez, politólogo.

A diferencia de las sucesiones presidenciales mexicanas del periodo neoliberal de las alternancias bipartidistas pactadas, la injerencia del poder blando corporativo de los medios de comunicación agitado por el bloque de élite que impulsa la campaña de Xóchitl Gálvez, busca a toda costa revertir las tendencias electorales golpeando de frente al presidente López Obrador.

Los altos niveles de aprobación presidencial, alimentados por los programas sociales y los cambios de la política salarial que colocan en el centro de la agenda pública a los más pobres, es decir, a las grandes mayorías electorales; sostienen las intenciones de voto por arriba de 55% para hacer posible la continuidad transexenal de la 4T en favor del México profundo.

Fuente de la imagen: SPR Informa

Mandar obedeciendo.

Hoy la continuidad del gobierno tiene un mantra neozapatista: mandar obedeciendo. La épica de AMLO es una narrativa neo Rooseveltiana de fuerte carácter nacionalista dentro de la globalización; de ahí, que el llamado “segundo piso de la transformación” sea un amplio paquete de reformas constitucionales y legales para que el Obradorismo trascienda a Morena sin las medias tintas y los pragmatismos ingenuos partidistas y poder anclar el movimiento popular en un proyecto de cambio de régimen con el propósito histórico de construir un nuevo Estado de Bienestar que capitalice hacia abajo las ventajas del país en la relocalización de inversiones y el reacomodo mundial de las cadenas de producción de valor y suministros.

Mantener el respaldo popular es estratégico para la continuidad transexenal del proyecto Obradorista. Mandar obedeciendo es ir hacia adelante con el mandato del voto popular, sin zigzag, acumulando fuerzas, cohabitando con las disidencias de la derecha y construyendo un amplio frente electoral para lograr un gobierno unificado con mayorías legislativas estables capaz de hacer realidad la transformación de las estructuras estatales que apuntalan las desigualdades en México y el brutal empobrecimiento de 8 de cada 10 mexicanos. La épica de AMLO es luchar por la paz como el fruto de la justicia social.

Fuente de la imagen: Gobierno de México.

Más bienestar.

Una sociedad democrática es una sociedad de derechos. El humanismo Obradorista no es más que un ideario de alto contraste ideológico con el neoliberalismo depredador de lo público.  Restablecer lo público con más bienestar y más Estado es la gran tarea de Claudia Sheinbaum y, al mismo tiempo, la fuerza electoral mayoritaria que esta impulsándola hacia la presidencia de la República con un voto prospectivo de continuidad.

¿Alcanzará esta fuerza social para lograr el primer gobierno unificado de la transición política mexicana? De eso tratarán las campañas electorales por venir.

@Oscar_Juarez

Nota: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.